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lunes, 12 de diciembre de 2011

El jazmín de Berto





El frío deja la huerta esquelética, vacía, aletargada... Sin embargo este jazmín se rebela a dejar de florecer. Diariamente pasamos por la plantita y Alicia coge su pequeña y blanca flor y se la lleva la nariz. Pero ahora no huele con la intensidad del verano. Aunque ella sigue diciendo: "Mmmm... Qué bien huele!!!"

Mami, me gustan las hojas del otoño


El paseo de vuelta a casa es muy gratificante en otoño. La crujiente sensación al pisar hojas secas es estupenda. Ni siquiera me he atrevido a quejarme por el estado en que iban a acabar las botitas de la peque. Cada época del año tiene su encanto y de ésta destaco el sonido de nuestros paseos por las higueras.





sábado, 10 de diciembre de 2011

El colecho



Alicia no ha tenido cuna. Bueno... sí la tuvo, la heredó de su prima, pero no la usó. Desde que nació fue una niña muy inquieta y llorona. Pasábamos toda la noche en vela (y el día también) Comprobamos que meterla en la cama con nosotros nos permitía dormir toda la noche.

Hoy día, no sólo admito mi debilidad, sino que, además, la defiendo. Soy partidaria del colecho o, mejor dicho, estoy en contra de la cuna. Los niños deben estar en los brazos de sus mamis, en la cama con ellos, abrazados y acurrucados, no solitos en una fría e inerte cuna.

Dejo aquí una noticia que aboga por esa forma de sueño:

Uno de los expertos británicos más importantes en salud mental infantil ha aconsejado a los padres olvidarse de años de convenciones y permitir que sus hijos duerman con ellos en la cama hasta los 5 años de edad. Margot Sunderland, directora de educación del Centro para la Salud Mental Infantil de Londres, dice que la práctica conocida como colecho aumenta la probabilidad de que los niños crezcan sanos y tranquilos. Sunderland, autora de 20 libros, perfila su consejo en su libro "La Ciencia de Ser Padres". Y está tan segura de los hallazgos del nuevo libro, basado en 800 estudios científicos, que pide que a los visitadores sanitarios se les repartan folletos para informar a los padres sobre el colecho.
Sunderland argumenta que la práctica habitual en Inglaterra de adiestrar a los niños para que duerman solos desde las pocas semanas de edad es perjudicial, porque cualquier separación de los padres incrementa el flujo de hormonas del estrés como el cortisol. Sus resultados se basan en avances científicos de los últimos 20 años sobre cómo se desarrolla el cerebro del niño y en estudios que han utilizado scanners para analizar cómo reaccionan en circunstancias especiales. Por ejemplo, un estudio neurológico de hace 3 años mostraba cómo un niño separado de uno de sus padres experimenta una actividad cerebral similar a un niño con dolor físico.
Sunderland cree también que la práctica actual se basa en actitudes sociales que deberían ser abandonadas: "Existe un tabú en este país referente a que los niños duerman con sus padres" dijo. "Lo que he hecho en este libro es presentar la evidencia científica. Estudios en todo el mundo demuestran que el colecho hasta los 5 años supone una inversión para el niño. Los niños pueden sufrir ansiedad por la separación hasta los 5 años o más, lo que puede afectarles en la vida posterior. Esto se calma con el colecho". Los síntomas pueden ser también físicos. Sunderland cita un estudio que demostró que un 70% de mujeres que no habían sido consoladas cuando lloraban de niñas, desarrollaron en la edad adulta problemas digestivos.
El libro de Sunderland la enfrenta a gurús de la educación ampliamente leídos como Gina Ford, cuyos consejos son seguidos por miles de padres. Ford aboga por establecer rutinas de sueño para bebés desde una edad muy temprana en cunas "separados del resto de la casa" y enseñarles a los bebés a dormir "sin la ayuda de los adultos". En su libro "Guía completa de sueño para bebés y niños satisfechos" escribe que los padres necesitan tiempo para ellos. "El compartir la cama con los niños termina con frecuencia con los padres durmiendo en habitaciones separadas y con madres exhaustas, una situación que aporta una gran presión en la familia como un todo".
Annette Mountford, jefa ejecutiva de la organización de padres "Lazos de familia" confirmó que la norma en Inglaterra para los niños era animarles para que durmieran en sus camas y sus cunas, a menudo en habitaciones separadas, desde una edad temprana. "Los padres necesitan su espacio" dijo. "Existen beneficios claros en el hecho de introducir a los niños en su propia rutina de sueño en su propio espacio"
Contrariamente, Sunderland dice que cambiar a los niños a sus camas desde que tienen semanas de edad, incluso si lloran por la noche, ha demostrado incrementar el nivel de cortisol. Estudios con niños menores de 5 años demuestran que en más del 90% de los casos, el nivel de cortisol aumenta cuando van a la guardería y en el 75% de los casos disminuye al volver a casa.
El profesor Jaak Panksepp, especialista en neurociencia de la Universidad Estatal de Washington y que ha escrito el prólogo del libro, dice que los argumentos de Sunderland son "una historia coherente consistente con la neurociencia. Una sociedad avanzada debería tenerlo en cuenta".
Sunderland argumenta que poner a los niños a dormir solos es un fenómeno occidental que puede incrementar la posibilidad de muerte en la cuna, también conocida como Síndrome de Muerte Súbita del Lacante (SMSL). Esto puede suceder porque el niño echa de menos el efecto calmante que el estar tumbado junto a su madre ejerce en la respiración y en la función cardiaca. "En el Reino Unido mueren 500 niños al año por SMSL" escribe Sunderland. "En China, donde el colecho es práctica habitual, el SMSL es tan raro que no tiene nombre".
Este artículo ha sido escrito por Sian Griffiths y traducido por Ofelia Urzainqui del grupo Vía Láctea.

jueves, 8 de diciembre de 2011

El Portal de Belén

Siempre he sido un tanto agnóstica y nunca me ha llamado especialmente la atención eso de montar un Portal de Belén en casa. Pero desde que nació mi hija, han acontecido en mi vida ciertas cosas que me han hecho desarrollar un sentimiento religioso peculiar. Pero eso es algo que ya contaré, si se tercia, más adelante.


El caso es que desde que ella nació hemos tomado como costumbre montar el Belén en casa el mismo día de su cumpleaños dada la cercanía de la Navidad a la fecha del nacimiento de mi pequeña.


Con este, ya son tres los años que mi niña celebra la Navidad, pese a tener sólo dos añitos, claro está. Y siempre hemos puesto las figuras del Belén en una mesita encima de un tapetito con tonos rojos que tenemos en casa. Vamos... que tampoco nos hemos calentado mucho la cabeza en buscar lentisco, tierra, musgo..., hacer el río, en definitiva, lo que vengo a decir es que nunca me he molestado en crear el escenario típico del Belén y sólo me he limitado a desempolvar las figuritas y colocarlas en la mesa.


Pero este año, cuando hemos puesto el misterio, mi hija se volvió loca, corría por la casa, iba y venía una y otra vez a darle vuelta al Belén, nombraba las figuritas y, como le dije que se mira, pero no se toca; la pobre mía sólo pasaba ligeramente la yemita de su dedo por el tapete.

El caso es que me han entrado ganas de ambientarlo mejor y si acaso hacerme con alguna que otra figurita más ya que sólo cuento con el misterio y los tres Reyes Magos. No sé... poner el río, algunos pastorcillos, gallinitas... Hasta había pensado poner los animales de la granja que Alicia tiene para jugar.


Este fin de semana voy a darme un paseo por el campo a ver si encuentro algo que me pueda servir para que Alicia alucine aún más, si cabe, con su Portal de Belén.

Cuentos completos de Beatrix Potter.

Llevaba tiempo queriendo hablar de este libro de Beatrix Potter. Es un libro maravilloso, con unas ilustraciones increíbles que te animan a leerlo y releerlo una y otra vez.

La primera vez que lo tuve en mis manos fue en la biblioteca del colegio, buscando bibliografía para los peques. Pero apenas le presté atención por no coincidir con la búsqueda que llevaba en mente. Pero, después de un tiempo, una mami homeschooling me lo recomendó. Así que volví a la biblioteca y me paré más en los detalles y la historia. Sinceramente, me fascinó y me apresuré a comprárselo a Alice.

Sin embargo, mi hija no parece muy entusiasmada con él, creo que es por el peso que tiene el Quijote de Potter; las pequeñas manos de mi hija no pueden abordarlo bien. Así que lo he apartado por un tiempo deseando que pronto demande las historias de esta gran escritora e ilustradora.

Feliz Cumpleaños, muñeca!!!



Esta semana celebramos el segundo cumpleaños de mi hija. De los dos que llevamos, este es el más alegre, el más divertido. El año pasado quedaban muchas cosas por superar a nivel médico, aún no habían operado a Alicia de su hendidura palatina y el miedo nos tenía petrificados.

Así, en su primer cumpleaños, como en cualquier otro momento anecdótico que vivíamos con la pequeña, una sensación agridulce nos embargaba y era raro el día que mi ojos no derramaban alguna lágrima.

Hoy día, con su paladar reconstruido y la alegría y viveza que desprende, sumada a su afán de superación, Alicia nos tiene a todos locos. No puedo estar más contenta. ¡¡¡Feliz cumpleaños mi vida!!!

Versos con moraleja.

Hace tiempo que nos hicimos con unos cuantos libros de la coleción LEE CON GLORIA FUERTES de la editorial SUSAETA. Los deje un poco apartados en la estantería por considerar que aún no era acertado mostrárselos a Alicia. Pero el otro día me puse a ojear uno de ellos y me encantó el librito. Dejo aquí uno de los poemas que más nos gustó:




Don Pato y don Pito
dan un paseíto.

-¡Qué suerte, don Pito,
me encontré este güito!

Y los dos lo quieren
y los dos se hieren.

Y todos se extrañan
de ver que regañan.

Y mientras se zumban,
bailando la rumba...

Viene el dueño, otro patito,
y éste se lleva su güito.

¡No discutid, muchachitos,
no discutid por un güito,
para que nunca os suceda,
lo que a don Pato y don Pito!

Mirar con lupa

Este libro nos ha conquistado. Un paseo por las grandes obras maestras de la pintura que viene acompañado de una explicación de muchos detalles de los cuadros, hasta ahora, desconocidos para mí. Alicia se pasa largos ratos mirando las láminas. Al final del libro viene recogida una imagen de todos los cuadros juntos que nos sirve para jugar a las adivinanzas y reconocer el nombre y el autor de las diferentes obras. La Gioconda, el matrimonio Arnolfini, La creación de Adán, El taller del artista, La primavera... Un montón de obras abordadas en este libro de gran formato que nos hace pasar grandes ratitos en el sofá resguardadas del frío.